DECÁLOGO DEL ENTRENADOR PERSONAL.
PARA SER UN BUEN PROFESIONAL, MENCIONAMOS ALGUNOS PUNTOS QUE CUMPLEN TODOS Y CADA UNO DE NUESTROS ENTRENADORES.
Como si de una moda se tratase, parece que todo el mundo sabe lo que debemos (o no) hacer a la hora de entrenar. En los últimos años han surgido multitud de webs con anuncios de personas que dicen ser entrenadores personales y nos ofrecen sus servicios para mejorar nuestro estado físico. En Vigoentrena tenemos clara la importancia de otros aspectos importantes que hay que tener en cuenta, y por ello vamos a dar algunas claves en este decálogo para ser un buen entrenador personal.
1. VALORA y RESALTA el trabajo y el esfuerzo de todos tus deportistas.
Facilita que les salgan las cosas bien y anima al desafortunado. La voluntad, la actitud es lo primera dinámica a construir.
2. Asume tus propios errores y no hagas a tus deportistas responsables de ellos.
Si un deportista no lo hace bien, debes tener claro que el primero que desea hacerlo bien es él. Si falla, la carencia es más nuestra, que suya. No descargues sobre ellos tus frustraciones y carencias como entrenador.
3. Que tus actividades y comportamientos sirvan de ejemplo para tus deportistas.
Eres su referencia por muchos años en lo deportivo y en lo personal. Cuida tu imagen, tus palabras y tus actuaciones.
4. No busques sólo el rendimiento técnico, esfuérzate por conseguir valores éticos.
Además de la mejora física y técnica también debemos tratar de educar e inculcar conceptos como la puntualidad, el respeto al entrenador, el compañerismo, el cuidado del material, actividades saludables como estirar antes y después.
5. Lucha por todos tus deportistas por igual. No tengas preferencias ni prejuicios.
Conocemos la dificultad de este punto, y sabemos de igual forma que en la mayoría de las ocasiones en las que se actúa de forma parcial se hace de manera inconsciente. Para evitarlo deberás escuchar y solicitar la opinión de terceras personas. Piensa que desde un médico, un panadero, un informático o un cartero…todos vienen en “pijama”. Aquí todos y cada uno son igual de importantes.
6. Sé humilde en la victoria y resignado en la derrota. Reconoce tus limitaciones y errores.
Nunca será real la sensación que tengas o te hagan percibir. Ni serás tan malo como lleguen a decir, ni tan bueno como te hagan creer. Hoy puedes estar arriba y mañana abajo. La humildad en la victoria y la sensatez, objetividad y coherencia en la derrota serán buenos compañeros de viaje. Es importante, sobretodo, por la salud y bienestar de los deportistas, sé tolerante en sus malos momentos, no te olvides que tú eres el profesional y eres el que debe mantener el control de la situación y siempre sacarle hierro al asunto…ten mano izquierda y una sonrisa enorme. Si te equivocas no temas reconocerlo, los seguidores valoran mucho la sinceridad del LIDER. Aprende las pequeñas cosas que hacen únicos a tus compañeros, todos tenemos un punto en el que sobresalimos, no dejes de aprender de los que trabajan a tu lado, con ellos te harás grande.
7. Sé el primero en conocer y respetar las normas.
Por supuesto si instauras pautas de convivencia: puntualidad, higiene, etc… deberás ser el primero en cumplirlas. Llegar unos minutos antes para preparar el material que vas a utilizar, o apuntar en el cristal el entrenamiento, cuidar el material, recordar traer toalla, y en el caso de no llevarla, evitar estirar sin ella encima de las colchonetas…
Sobre la puntualidad tener presente que mucha gente sale de trabajar muy justos y no les da tiempo a llegar, o tardan e aparcar; si trabajamos en grupos reducidos de entrenamiento debemos tener preparados los ejercicios de calentamiento para que se puedan unir al grupo con la mayor brevedad posible sin cortar el ritmo del mismo.
8. Se moderado. La moderación es una virtud. Aplícala a la práctica deportiva.
Control emocional. Debe ser una característica prioritaria en todo entrenador. Faltar el respeto mediante malos gestos, tonos de voz, o palabras desafortunadas, puede echar atrás todo tu trabajo. Trabajamos por y para las personas, cultiva tu paciencia y no te olvides que aunque para ti es trabajo, para ellos es ocio, así que, haz que se diviertan y salgan con ganas de más. Siempre hay que tener claro quién debe llevar el control de la situación. Los complejos de superioridad o actitudes altivas no son buenas compañeras para resolver cualquier situación crítica. Enfrentarse a una situación tensa delante de un grupo, sin tener nuestro control emocional completo es una batalla perdida de antemano.
9. Has de ser un MOTIVADOR.
Será aquí, dónde se determine una de las principales habilidades de un entrenador, de un dinamizador de grupo, el saber cómo motivar a más que un grupo, a la suma de todos sus individuos. Ponte en la piel de cada uno de tus deportistas, trata de recordar que acciones lograban en ti motivarte ante según qué actividades.
Para lograr la motivación del grupo, tendrás que acudir al principio de la individualización. Cada uno nos sentimos motivados ante diferentes estímulos. Para los más inexpertos el siempre buen consejo de la observación. Observar los gestos y actitudes de sus DEPORTISTAS en el desempeño de un ejercicio o acción determinada. Obtendremos una información muy valiosa, sobre la que construir nuestros métodos dinamizadores.
Siempre debes dar refuerzos positivos cuando se esfuerzan o consiguen realizar una tarea marcada, la clave es que se sientan mejor y más seguros con ellos mismos a través del deporte, y tú te sentirás igual como entrenador.
Recuerda que el deportista menos habilidoso, el que menos ha practicado deporte, o al que no le gustaba de pequeño o adolescencia porque no se le daba bien y tiene un mal recuerdo… es el deportista que requerirá de mayor diálogo y motivación añadida, lejos de dispensársela a los más aventajados y destacados
10. Debes estar en constante formación y mejora.
Un entrenador no termina nunca de formarse, como en la mayoría de las profesiones, y más, si son vocacionales. Has de hacer lo posible por reciclarte con asiduidad, realizar cursos de entrenadores, asistir a clinics y congresos, leer libros, hablar con entrenadores con más experiencia… todo esto indicará autocrítica y reflexión. Cada día, debes ser mejor entrenador que el día anterior.
No debes refugiarte y dogmatizar tus sistemas o métodos, ante un buen resultado. Sólo la formación continua, la autocrítica y la mejora permanente te ayudaran a disminuir el error. La suerte acude a visitar con más frecuencia a los que más y mejor trabajan.
Pide consejo o ayuda para tu formación en aspectos dónde tengas más carencias. Todos las tenemos y es lo bueno de trabajar en equipo. Evitaras lesiones futuras, limitaciones de progresión, desmotivaciones… y lograrás más adhesión en tus deportistas, y eso te definirá con un gran entrenador.
Para finalizar nos gustaría destacar la importancia de los valores éticos que deben poseer los entrenadores personales dada la responsabilidad que tienen con sus clientes, ya que estos les confían su salud para conseguir los objetivos marcados.
Es labor de un buen entrenador asesorar de forma profesional y con un fuerte código ético.
Desconfiad de charlatanes y aseguraos contratar a personal cualificado y coherente.
Si tu objetivo es ponerte en forma, mejorar tu nivel o recuperarte de una lesión, un entrenamiento personal el una de las mejores opciones. El entrenador personal planifica y diseña el entrenamiento según tus objetivos y necesidades.
Gracias por leernos!