
Cuando hablamos de cáncer y de pacientes oncológicos, solemos centrarnos en los tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia. Sin embargo, estos tratamientos a menudo traen consigo efectos secundarios que pueden ser agudos o perdurar durante meses e incluso años tras su finalización. En este sentido, el ejercicio físico ofrece grandes beneficios, especialmente para los efectos secundarios a largo plazo.
En este post, nos enfocamos en uno de los efectos secundarios más comunes durante y después de los tratamientos oncológicos:
La fatiga relacionada con el cáncer, y qué podemos hacer para reducirla.
La fatiga relacionada con el cáncer no es simplemente un cansancio normal; se trata de una sensación persistente de agotamiento que no desaparece con el descanso y que afecta significativamente la calidad de vida de los pacientes. Esta fatiga puede deberse a una combinación de factores, incluyendo los efectos de los tratamientos (quimioterapia, radioterapia), alteraciones del sueño, mala alimentación, anemia, dolor y el estrés emocional. Afortunadamente, existen estrategias respaldadas por la ciencia que pueden ayudar a mitigar esta sensación de agotamiento.
A continuación, te presentamos tres consejos prácticos basados en estudios científicos recientes para reducir la fatiga relacionada con el cáncer.
1. Incorpora ejercicio aeróbico y de fuerza 3 veces por semana:
El ejercicio puede parecer desalentador cuando te sientes fatigado, pero las investigaciones muestran que la actividad física regular es una de las maneras más efectivas de reducir la fatiga. Según una revisión de Cochrane y un estudio publicado en The Lancet Oncology en 2018, tanto el ejercicio aeróbico (como caminar, nadar o practicar yoga) como los ejercicios de fuerza ayudan a aumentar los niveles de energía, mejorar la masa muscular y combatir la fatiga.
¿Por qué funciona? El ejercicio promueve una mejor circulación sanguínea, mejora la capacidad aeróbica y libera endorfinas, que contribuyen a mejorar el estado de ánimo. Además, el ejercicio reduce la inflamación y mejora la calidad del sueño, dos factores clave en la lucha contra la fatiga extrema.
Consejo: Consulta siempre con tu médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio. La personalización es clave, por lo que es recomendable que te pongas en manos de profesionales especializados en ejercicio físico para pacientes oncológicos.

2. Mantén una alimentación equilibrada:
Una nutrición adecuada es fundamental para mantener los niveles de energía y para que tu cuerpo enfrente los tratamientos oncológicos. Las dietas ricas en proteínas, frutas, verduras frescas y granos integrales son beneficiosas para combatir la fatiga. Por otro lado, los alimentos ultraprocesados y los azúcares refinados pueden provocar picos y caídas en los niveles de energía, lo que agrava la sensación de agotamiento (Clinical Nutrition, 2019).
¿Por qué es importante? Durante el tratamiento del cáncer, tu cuerpo necesita una mayor cantidad de nutrientes esenciales, especialmente proteínas, que son clave para la reparación de tejidos y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Consejo: Es recomendable acudir a un nutricionista especializado que pueda ofrecerte un plan alimenticio personalizado y basado en la evidencia científica. También es importante que consultes con tu equipo médico antes de hacer cambios en tu dieta.
3. Mantente bien hidratado:
La deshidratación puede empeorar la fatiga, por lo que es crucial mantenerte hidratado, sobre todo si estás recibiendo tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia, que pueden incrementar la pérdida de líquidos. El National Cancer Institute recomienda beber entre 8 y 10 vasos de agua al día para favorecer la eliminación de toxinas y mantener el buen funcionamiento de los órganos.
¿Por qué es importante? El agua es esencial para todas las funciones corporales, incluyendo la regulación de la temperatura, el transporte de nutrientes y la eliminación de desechos. Mantener una hidratación adecuada también puede mejorar la concentración y el estado de ánimo, contribuyendo a reducir la fatiga.
Consejo: Si te resulta difícil beber suficiente agua, prueba con infusiones de hierbas, agua con limón o snacks ricos en agua como el pepino o la sandía.
En resumen:
Combatir la fatiga relacionada con el cáncer puede ser un reto, pero combinar ejercicio regular, una dieta equilibrada y una hidratación adecuada puede marcar una gran diferencia. Siempre consulta con tu equipo médico antes de realizar cambios significativos en tu estilo de vida para asegurarte de que las estrategias que adoptes sean seguras y adecuadas para ti.
Si quieres que profundicemos en otros efectos secundarios o tienes alguna duda, déjanos tu comentario.
En el Programa Curie contamos con un equipo especializado de entrenadores, fisioterapeutas y nutricionistas enfocados en el cuidado de pacientes oncológicos, para acompañarte durante y después de los tratamientos. ¡Estamos aquí para ayudarte!